Bilbao… quién te ha visto y quién te ve. Una vez más –o quizás desde hace ya demasiado tiempo– se cumple la máxima: plaza que pisa BMF, plaza que se desploma. Y es así. La historia reciente de la capital vizcaína en materia taurina se escribe con líneas de incertidumbre, desgobierno y decadencia silenciosa. Tras meses de mutismo, se han desvelado por fin los carteles de la que, por historia, empaque y exigencia, es la tercera plaza en importancia de España. El modo en que se ha hecho, sin embargo, roza lo bochornoso.
Ni presentación formal, ni promoción digna, ni respeto al aficionado. Supimos por redes sociales –y gracias a la afición bilbaína, que nunca se rinde– que los carteles verían la luz. Luego, como si todo fuera una broma, se cambió la fecha de presentación. Y cuando ya solo quedaba la resignación, un descuido en la web de la empresa filtró toda la feria. Lo que parecía un error fortuito se confirmó al día siguiente con el acto oficial. El desconcierto inicial dio paso al estupor. Y ya sin remedio, llegó la hecatombe.
La primera en la frente: el cartel anunciador, generado por inteligencia artificial. Una infamia. Una bofetada simbólica a la tradición, al arte, al alma de Bilbao. Pero hay más. Se suprime la corrida de rejones y se elimina un festejo de a pie, incumpliendo sin pudor el compromiso histórico de la plaza. ¿Y la excusa? Será el cemento. La falta de público. Pero seamos claros, si la plaza no se llena, no es por la afición, sino por la desidia empresarial. El día que torea Roca Rey se agotan las entradas, ¿verdad? Luego Bilbao sí puede llenarse, si se hicieran las cosas con criterio, con ambición, con respeto.
Y aun así, algo bueno hay que subrayar; se abre tímidamente la puerta a la variedad ganadera. Vuelan nombres ya demasiado trillados como Cuvillo, Daniel Ruiz o El Puerto, y entra La Quinta. Algo es algo. Y Borja Jiménez, con dos tardes, recibe el merecido reconocimiento a su gran momento. Un gesto que celebro.
Vamos, pues, al análisis detallado de cada cartel:
17 de agosto: Sergio Sánchez, Javier Zulueta y Martín Morilla (La Purísima). No se entiende la presencia de La Purísima en Bilbao. Ganadería de tercera fila que no ha pisado aún el circuito serio. La terna tiene su interés, especialmente por Zulueta, pero hay nombres que merecían más, como Aarón Palacio, que dejó una gratísima impresión el pasado año en esta misma plaza. Interés, eso sí, por ver a Martín Morilla, que puede conectar con la afición bilbaína.
19 de agosto: Damián Castaño, Juan Leal y Jesús Enrique Colombo (Dolores Aguirre). La ganadería de Dolores Aguirre no atraviesa su mejor momento, pero en Bilbao siempre es esperada y respetada. Ahora bien, ¿qué méritos tienen Leal y Colombo para estar aquí? Difícil justificar su inclusión. Fernando Robleño, que se despide este año, merecía esa fecha. Y no hubiera desentonado para nada Juan de Castilla.
20 de agosto: Guillermo Hermoso, Emilio de Justo y Borja Jiménez (Fermín Bohórquez – La Quinta). Cartel sin pies ni cabeza. Una mixta metida con calzador que descompone todo. Pues a pie hubiera sido un gran acierto. Quitas la corrida de rejones y luego mezclas a Hermoso con dos toreros de a pie. Incomprensible. De Justo, aunque no esté en su mejor momento, siempre tiene interés. Borja es un acierto. Pero este cartel pide a voces un Escribano, un Jarocho, un Víctor Hernández, un Luque…
21 de agosto: Juan Ortega, Roca Rey y Pablo Aguado (Victoriano del Río). Primer gran cartel de la feria. Se repite la terna de Pamplona y Sevilla, pero aquí con el respaldo de Victoriano del Río, siempre una garantía. Roca Rey es el eje sobre el que gira el taquillaje de esta plaza; su inclusión es lógica e indiscutible. Ortega y Aguado, por fin, con una ganadería propicia para que desplieguen su toreo. Si les embisten, puede ser una tarde para el recuerdo.
22 de agosto: Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y Borja Jiménez (Garcigrande). Cartel de postín. Morante, en estado de gracia, vuelve tras ausentarse el año pasado por voluntad propia. Su sola presencia debe llenar la plaza, y creo que va ha haber una buena entrada. Talavante sigue en todas partes, con más persistencia que inspiración. Y Borja, en su segunda comparecencia, puede aprovechar el tirón de las figuras para captar nuevos públicos. Cartel de expectación.
23 de agosto: Paco Ureña, Fortes y Fernando Adrián (Fuente Ymbro). Otro cartel interesante. Fuente Ymbro nunca defrauda en Bilbao, pues Ricardo Gallardo siempre lleva una corrida de impecable presencia a esta plaza, y sus encastados pupilos propiciaron una interesante tarde el año pasado. Ureña, aunque no esté en su mejor momento, siempre aporta honestidad. Fortes sigue ganando batallas personales y profesionales y verle anunciado aquí es motivo de alegría. Y Fernando Adrián, que necesita confirmar con corridas de este tipo, tiene ante sí una oportunidad de oro.
Semana grande, sí. Pero herida. Maltratada por quienes dicen velar por ella. La empresa, si tuviera un mínimo de autocrítica, debería presentar su dimisión a la Junta Administrativa. Bilbao no se lo merece. Esta plaza no la están matando los antis ni los políticos sectarios, sino los propios taurinos, o eso se hacen llamar. Es hora de decirlo claro.
Yo voy a estar con ilusión en Bilbao. Porque la ciudad lo merece. Porque su plaza aún vibra. Y es un placer asistir. Y animo a todos a acudir. Más que nunca. A llenar los tendidos, a respaldar la Fiesta, a demostrar que Bilbao no se rinde. No se arrepentirán, eso seguro.
Escrito por Álvaro Cabello