Una tarde gris en Las Ventas sin bravura ni emoción.
La tarde del patrón madrileño quedó marcada por una tónica común: la mansedumbre. La ganadería de José Enrique Fraile de Valdefresno, que venía de firmar actuaciones destacadas fuera del ciclo isidril, se presentaba con expectativas. Sin embargo, el encierro lidiado fue una decepción ganadera: seis toros mansos, sin entrega ni codicia. Solo el segundo permitió cierto atisbo de lucimiento, ofreciendo algo de fijeza y ritmo. Alejandro Chicharro confirmaba su alternativa en Las Ventas. Lo vi dubitativo, falto de confianza, aunque tampoco dispuso de un toro que le brindara opciones. Paco Ureña no encontró su sitio en la tarde; el segundo le permitió algo más, pero no terminó de cuajar una faena redonda. David Galván, por su parte, sorteó los dos toros más deslucidos del encierro: lidió sin opciones, aunque con firmeza y actitud.
La confirmación de alternativa de Chicharro vino marcada por un primero sin celo, manso desde el inicio y sin entrega en ninguno de los tercios. Destacaron algunos derechazos mandones y bien ligados, pero el toro impuso sus terrenos desde el principio. Hubo algo de opciones por el izquierdo, pero no tomó altura. La faena se diluyó en la falta de transmisión y en una lidia condicionada por la falta de enemigo. Pinchazo y media muy tendida para rubricar.
El sexto, que cerraba plaza, cumplió en varas, siendo el único que empujó con algo de fijeza. Iván García y Fernando Sánchez firmaron un extraordinario tercio de banderillas que encendió momentáneamente los tendidos. Luego, la lluvia hizo acto de presencia y terminó de enfriar el ambiente. Chicharro no logró acoplarse con el toro: desconfianza, desacople y un trasteo sin hilo conductor, ante un astado que no tenía mal estilo, pero muy poca fuerza. Mató de una estocada tendida y trasera.
El segundo de la tarde, justo de presencia, fue el que ofreció mayores opciones por movilidad. Ureña hilvanó algunos derechazos con buen trazo, corriendo bien la mano, y dejó una tanda mejor al natural con verticalidad. Pero la faena fue a menos, toreó acoplado solo por momentos. Mató de una estocada casi entera, algo desprendida.
El cuarto, de bella estampa —negro salpicado y con seriedad en las hechuras—, se empleó en el caballo, metiendo los riñones con fijeza. En la muleta, sin embargo, fue manso, de embestida irregular y terminó refugiado en las tablas. Ureña demostró disposición y actitud. Dos pinchazos y una estocada caída cerraron su tarde.
Dentro de un encierro deslucido, David Galván cargó con los dos toros de peor condición. El tercero, serio y bien presentado, fue un manso descastado, que llegó aplomado al último tercio. Las banderillas en el puyazo terminaron de agotarlo. Galván mostró firmeza y voluntad, pero no pudo hacer más. Estocada corta y certero golpe de verduguillo.
El quinto, el más manso del encierro —lo cual ya es decir—, no quiso pelea en ningún momento. Huidizo de su sombra, desconectado, sin un pase posible, rechazó la lidia desde el primer momento. Galván resolvió con un pinchazo y una estocada.
LA RESEÑA
Plaza de Toros de Las Ventas, Madrid. 6ª de abono. Casi lleno.
Toros de José Enrique Fraile de Valdefresno 🔵🟢: muy mansos y abantos, desiguales en presentación. El segundo el más destacado que propició algo más de movilidad y ritmo.
Paco Ureña (grana y oro), ovación tras aviso y silencio.
David Galván (azul soraya y oro), silencio y silencio.
Alejandro Chicharro (confirmación) (oro viejo y oro), silencio tras aviso y silencio.
Incidencias: Iván García y Fernando Sánchez se desmonteraron tras parear al sexto.