El toreo apareció a ráfagas en una novillada de Conde de Mayalde que ofreció posibilidades, pero se fue sin torear.
No sabría explicar con exactitud la sensación que dejó la novillada de hoy. Fue como una promesa a punto de despegar que, sin embargo, se fue diluyendo poco a poco. Me queda la impresión de que se nos escaparon momentos importantes que pudieron haber ocurrido y no lo hicieron. Y es que hoy, a más de un buen novillo de Conde de Mayalde se le cayeron orejas sin que nadie las recogiera. Fabio Jiménez, El Mene y Tomás Bastos —los tres novilleros del cartel— dejaron entrever su buen concepto, su personalidad, pero ninguno logró redondear faena. En el caso de Fabio Jiménez, poco hay que reprocharle. Estuvo muy dispuesto con su primero, mostrando su corte clásico; y si hay que señalar a alguien, es a su cuadrilla, que le arruinó cualquier opción en el sexto dejándolo sin oportunidad alguna. A El Mene se le puso cuesta arriba la tarde y dejó escapar un lote de Puerta Grande. No estuvo. Aun así, sigo creyendo en él: le he visto otras veces y sé que tiene toreo. Y Tomás Bastos, por su parte, también se vio superado por su cita venteña. Necesita más oficio, más rodaje, pero la disposición está ahí.
Fabio Jiménez saludó con gusto y elegancia al primero de la tarde, toreando a la verónica con aire clásico y temple, cerrando con una media de notable estética. El novillo, noble pero falto de fuerza, permitió a Fabio dejar pasajes de calidad al natural, donde brilló con muletazos de excelente trazo, hondos y con buen gusto. Todo lo que hizo lo hizo con temple y refinamiento, pero Madrid no pareció darse por aludida. Mató de un pinchazo y una estocada caída.
Con el cuarto, un novillo serio y de bonita lámina, cometieron un auténtico crimen. Lo masacraron en varas y lo lidiaron de forma nefasta. La banderilla en el puyazo paletillero lo terminó de mermar. Llegó totalmente desfondado a la muleta, casi moribundo. Fabio apenas pudo hacer nada, y para colmo, no tuvo ocasión de entrar a matar, pues el novillo se echó y no hubo forma de levantarlo. Fue apuntillado.
El Mene brilló con el capote ante el segundo. Toreó con clase y dejó verónicas de empaque, rematadas con dos medias que fueron de pintura. Hubo duelo de quites con Tomás Bastos, en el que ambos dejaron dos medias de cartel. Sin embargo, con la muleta se le fue un gran novillo, bravo, pronto y humillador. Empezó con un buen inicio rodilla en tierra, muy torero, pero a partir de ahí no logró conectar. Dejó detalles de sus buenas maneras, pero también muchas dudas: rectificaciones constantes, falta de limpieza en el trazo y escasa ligazón. Se fue detrás de la espada y mató de una gran estocada.
El quinto fue otro gran novillo, con transmisión y calidad, sobre todo por el pitón izquierdo. El Mene no terminó de acoplarse, estuvo por debajo, desajustado, sin encontrar el ritmo. Solo al final de la faena logró dejar la muleta en la cara y ligar una tanda rotunda. Se le fue un novillo de triunfo grande. Eso sí, volvió a matar con contundencia, dejando un estoconazo impecable, lo más destacado de su tarde, aunque la vuelta al ruedo que dio resultó completamente injustificada
Tomás Bastos toreó con limpieza al noble tercero, un animal justo de fuerzas y de empuje. Su faena fue yendo a más: dejó algunos naturales con empaque y buen trazo, otros más lineales y algo acelerados. Cerró con unas trincherillas de buen gusto, aunque pecó de alargar en exceso la labor. Mató de una estocada trasera y caída.
Con el sexto mostró voluntad y entrega, y eso hay que reconocérselo. Pero también quedó en evidencia su falta de técnica. No se entendió con un novillo que, sin ser fácil, tuvo importancia. Tampoco acertó en los terrenos, pues lo sacó a los medios donde el animal se descomponía más. Volvió a dilatar la faena más de lo conveniente. La estocada, caída y perpendicular, puso fin a su actuación.
LA RESEÑA
Plaza de Toros de Las Ventas, Madrid. 10ª de abono. ¾ de plaza.
Novillos de Conde de Mayalde 🟤🔴: bien presentados, apacibles, aunque justos de fuerza y raza. El primero y tercero nobles pero justos de fuerzas; el segundo bravo, pronto y humillador; el cuarto masacrado en la lidia; el quinto con clase por el izquierdo; y el sexto con falta de empuje.
Fabio Jiménez (azul marino y oro), saludos y silencio.
El Mene (presentación) (azul celeste y oro), silencio y vuelta al ruedo tras aviso.
Tomás Bastos (presentación) (blanco y plata), silencio tras aviso y silencio tras aviso.