Desde Joselito pasando por El Juli, la historia de Las Ventas tiene presentes gestas de juventud y osadía: las de aquellos que, sin más bagaje que el hambre de gloria, decidieron encerrarse en solitario ante seis novillos. Hoy, ese capítulo ha sumado un nuevo nombre: Marco Pérez. El joven salmantino afrontaba su última tarde como novillero nada menos que con seis utreros en solitario, y en el exigente marco de San Isidro. No se puede obviar que su carrera ha transitado por una senda de privilegios: oportunidades, escaparates y plazas que otros apenas sueñan pisar y ha evitado medirse con sus iguales. Pero, aun así, hay gestos que merecen respeto, y anunciarse en Madrid con seis novillos lo es. Guste o no su concepto, Marco quiere ser torero, y lo ha demostrado en plazas como Santander la pasada temporada. Por ello, la exigencia era inevitable. Más aún: necesaria. La plaza lo entendió así y lo recibió con la severidad que se reserva a quienes aspiran a convertirse en figura. Por momentos, esa dureza se convirtió en intransigencia midiéndolo ferozmente, y no le importó. Le pitaron incluso por irse a la puerta de chiqueros. Frente a él, reses de Fuente Ymbro y El Freixo, todas con defensas más que dudosas de haber pasado por la barbería antes de pisar el ruedo venteño. Eso sí: entrega no le faltó. Quiso, se entregó, buscó el triunfo. Pero, con franqueza, aún no está listo para tomar la alternativa en apenas unos días. Exhibió carencias técnicas evidentes, y con la espada mostró un desconcierto alarmante. Sin dominio de la suerte suprema, ningún porvenir es posible. La tarde se le fue haciendo pesada, cuesta arriba. Solo el tiempo dirá hacia dónde conduce este largo camino.
Abrió plaza un novillo de El Freixo que cumplió sin más en el caballo, pero que se vino pronto abajo en la muleta. La faena, condicionada en momentos por el viento, se cimentó en la mano diestra, con muletazos de cierto mando y buena actitud, pero sin la cadencia necesaria. Faltó temple y el trazo resultó acelerado. Con los aceros, falló tres veces antes de dejar una estocada trasera y caída, saliéndose de la suerte.
El segundo, de Fuente Ymbro, permitió un inicio prometedor con dos tandas de derechazos. Marco mostró firmeza, y un pase de pecho de notable factura. Sin embargo, no supo marcar los tiempos ni manejar la pausa que pedía el novillo. Por el pitón izquierdo, no se entendieron. La faena fue perdiendo pulso. Necesitó tres entradas para despacharlo.
El tercero, también de Gallardo, fue un novillo orientado, que sabía lo que se dejaba atrás, de embestida incierta y rebrincada. Marco no logró someterlo ni encontrarle la vuelta. Se le vieron lagunas técnicas que acabaron por dejarlo superado. Pinchazo y estocada trasera y tendida.
Fue a recibir al cuarto a toriles, otro de El Freixo, que salió abanto. Comenzó con estatuarios y prosiguió con dos tandas de derechazos más encajados, aunque la condición del animal descastado restó brillo al conjunto. El arrimón final, con el novillo ya muy parado, no convenció al respetable. Mató de una estocada ligeramente desprendida, nuevamente saliéndose de la suerte. Saludó tras leve petición, principalmente de su gente.
El quinto fue su mejor capítulo. De nuevo se fue a porta gayola, mostrando determinación. El inicio de faena de muleta fue vibrante, con espaldinas, trincherillas y pases del desdén de bella ejecución. Por la derecha llegaron los mejores muletazos, derechazos bien estructurados, con mando y firmeza, aunque no siempre templados. En dos pases de pecho perdió la cara al toro y fue arrollado en dos feas volteretas, de las que se levantó sin titubeos. Al natural se acopló, aunque dejó algunos naturales de buena factura, pero desajustado. Con la espada volvió a fallar, pinchazo y media estocada trasera.
El sexto lo recibió nuevamente en la puerta de chiqueros y lo toreó luego con suavidad por delantales. El de El Freixo, al igual que sus hermanos, llegó muy apagado al último tercio. Por el pitón izquierdo marcó buena condición, y Marco dejó los mejores naturales de su tarde, esta vez con más pulso y sensibilidad. El ambiente, ya frío, no acompañó, y el arrimón final sobró. Cerró su actuación con una estocada caída.
En suma, Marco Pérez se enfrentó con valor a un reto de hondura. Su disposición fue absoluta, su entrega incuestionable. Pero también quedó claro que aún le falta recorrido para dar el salto definitivo. Necesita poso, madurez y afilar el oficio, y la tizona... Démosle tiempo, que el mismo, dictará sentencia.
LA RESEÑA
Plaza de Toros de Las Ventas, Madrid. 19ª de abono. 30/5/25. Lleno de “no hay billetes”.
Novillos de Fuente Ymbro 🟢 (2º, 3º, 5º): no terminaron de romper, el tercero astuto y el quinto con más ritmo; y El Freixo 🔵🟡 (1º, 4º, 6º): descastados y venidos a menos en la muleta.
Marco Pérez (en solitario) (sangre de toro y oro), silencio, silencio, silencio, saludos tras aviso y petición minoritaria, vuelta al ruedo tras aviso y silencio.
Incidencias: se desmonteró Iván García tras parear al tercero.