Septiembre despliega, como cada año, su aura novilleril, y Villaseca de la Sagra se convierte en su altar. Antes incluso de que el calendario marque su llegada, arrancaba uno de los ciclos más significativos del escalafón inferior: el Alfarero de Oro, vigésimo quinto aniversario. La realidad fue una tarde larga, áspera, un duelo de paciencia frente a novillos que no ofrecieron mucho contenido. Pero incluso en la rutina de lo insuficiente, brilló la integridad del ganado: ocho novillos, de ocho ganaderías distintas, presentados con esmero, y de impecable integridad, un lujo que hoy escasea en tantas plazas. Era, sin duda, una verdadera corridita de toros.
Jesús Ángel Olivas tuvo que asumir tres novillos, tras el percance de David Campos, víctima de un puntazo en su primero. Frente al primero de Piedra Escrita, un novillo serio, cuajado, y escaso de fuerzas, Olivas desplegó temple y prudencia. En el caballo se dejó pegar, y en la muleta, tan noble como flojo, solo permitió atisbar destellos de concepto clásico del espada. Una tanda de derechazos de uno en uno destacó por encima de la insuficiencia del animal. La estocada caída cerró su labor.
El quinto, de Sánchez de León, fue un novillo astifino, algo cuesta arriba, y que fue protestado por el público desde su salida porque arrastraba las patas. Merecía devolución, pero se impuso el aguante. Olivas se alargó en una faena sin consecuencias, frente a un novillo de buen estilo, pero incapaz de sostener la emoción. Tres pinchazos precedieron a un bajonazo que selló su actuación.
Luego asumió el segundo del lote de Campos, un novillo de Víctor Huertas abanto y manso, de buen embroque pero que finalizaba los muletazos soltando la cara. La faena se redujo a lo mínimo; la estocada baja cerró su tarde.
El segundo, de Sagrario Moreno, manseó en varas y mostró embestida áspera y no lo puso nada fácil. Villita, firme y asentado, limpió muletazos, tarea nada sencilla; cada natural respiraba intención y claridad. La estocada final fue buena, aunque precisó dos descabellos.
El sexto, de La Olivilla, permitió lucirse en verónicas, pero el novillo, desrazado y sin fuerzas, limitó el brillo en la muleta. Villita fue voluntarioso, constante, pero poco pudo extraer; la suerte suprema no acompañó.
David Campos, a pesar de su larga edad, está muy verde, se enfrentó al tercero, de Alfredo Ruano, el más exigente de la novillada. Desde el capote se adivinaba su sentido; en la muleta, exigía firmeza. Campos puso voluntad y coraje, pero la falta de oficio quedó patente. Una serie de naturales de bella factura se vio empañada por dudas; un puntazo en el gemelo recordó la dureza del aprendizaje. La estocada final, correcta, puso fin a la faena.
El cuarto de Mariano de León, fue devuelto por inválido, y lidió Pedro Luis en su lugar un sobrero de Víctor Huertas. La lidia en varas resultó desestructurada, se arrancó pronto al primer puyazo, marrando el picador, y al segundo se empeñó en dejarlo largo, mientras que el novillo hacía caso omiso. El novillo, áspero y nada fácil, permitió a Pedro Luis mostrar su temple y su dominio técnico. Destacaron los naturales por la zurda, de cadencia y belleza, culminados con un pinchazo hondo y un descabello certero.
Finalmente, corrió turno con un novillo de Brígida Díaz, noble y de buen embroque, aunque sin transmitir. Supo sacar partido del pitón izquierdo, finalizando con una estocada desprendida.
LA RESEÑA
Plaza de Toros “La Sagra”, Villaseca de la Sagra, Toledo. 1ª de abono. Domingo 31 de agosto de 2025. Lleno.
Novillos de La Olivilla (6º): ; Sánchez de León (5º): ; Piedra Escrita (1º): noble, pero flojo hasta la extenuación; Sagrario Moreno (2º): áspero, de embestida descompuesta y con genio; Víctor Huertas (4º bis y 7º): el cuarto bis áspero y el séptimo un mansito; Alfredo Ruano (3º): exigente y con sentido; Brígida Díaz (8º): noble y soso.
Jesús Ángel Olivas (sangre de toro y oro), silencio en todo su lote, y en el que lidió por David Campos.
Villita (azul marino y oro), palmas tras aviso y silencio tras aviso.
David Campos (verde botella e hilo blanco), vuelta al ruedo y herido.
Pedro Luis (azul rey y oro), ovación tras aviso y vuelta al ruedo tras leve petición.
Notas: Se desmonteró Jairo Pavón tras banderillear al cuarto.
Escrito por Álvaro Cabello