Con una interesante novillada de Ana Romero ha concluido la sexta de abono del Alfarero de Oro, dejando sensaciones encontradas y sorpresas gratas. Personalmente, me he reconciliado con Cristiano Torres. La temporada pasada lo vi en varias ocasiones, siempre con un toreo de temeridad, impulsivo y desestructurado, de más corazón que cabeza. Una de esas veces fue precisamente en Villaseca, donde dejó escapar un extraordinario novillo de Rehuelga. Pensé entonces: ya se centrará, aquel estilo no le llevaría lejos. Hoy, sin embargo, deja un recuerdo muy distinto: centrado, firme, asentado, con claridad de ideas y sentido en cada muletazo. El novillero zaragozano ha mostrado una madurez que nos hace confiar en su proyección. Completaban el cartel El Mella e Ignacio Candelas. Al segundo, aún verde, démosle tiempo, aún le queda un largo camino por recorrer.
El Mella abrió plaza con un ramillete de verónicas al bien presentado abreplaza. En varas, la pelea fue más de genio que de bravura, con apenas picotazos. La faena de muleta estuvo condicionada por la tendencia del novillo a salir distraído de los engaños. Sin embargo, El Mella se mostró firme y templado, hilvanando derechazos que el animal acompañaba más por la inercia del querer irse y volver, que por recorrido propio. Pulcro al natural, supo dejar la muleta en la cara del toro para asegurar la continuidad de la embestida. No obstante, faltó acople y ajuste en la labor. La estocada, muy caída, puso fin a la faena.
El cuarto de Ana Romero resultó encastado, codicioso y temperamental. Pedía firmeza y dominio, pero el joven novillero nunca logró imponerse al cárdeno. Firme y valeroso, siempre perdiendo pasos logró limpieza, pero no alcanzó a dominar ni a estructurar la faena plenamente. En los últimos compases, el animal se endureció y la estocada trasera al segundo intento cerró una actuación difícil de redondear.
Con el segundo novillo llegó la grata sorpresa. Cristiano Torres mostró su evidente evolución. Se enfrentó a un ejemplar que rechazaba el caballo, cortaba en banderillas y embestía descompuesto, y exento de recorrido. El zaragozano lo sometió con temple, ligó los muletazos con limpieza y siempre estuvo bien colocado y ajustado. La faena tuvo claridad y sentido; la espada, desafortunadamente, inhumó su labor.
El quinto de bella estampa sufrió un pésimo tercio de varas, pero Torres afrontó la situación con resolución. Comenzó la faena de hinojos en los medios, hilvanando cambiados por la espalda ante un novillo que no toleraba brusquedades. Llegó al acmé de su faena, asentado y entregado, al natural con suavidad, llevando la embestida en sus vuelos y sin imponer toques innecesarios. La faena alcanzó su final en un remate de bernadinas valientes. De nuevo, la espada se convirtió en obstáculo. Sin espada no hay paraíso. Ni debe haberlo nunca.
Ignacio Candelas evidenció su falta de bagaje frente a un tercero de embestida descompuesta y sin humillación. Algo acelerado, fue sobrepasado por un animal que dijo poco, aunque resultó pegajoso cuando repetía y soltaba la cara al final de los muletazos. Una estocada muy trasera y caída cerró su labor.
El sexto novillo fue otra cosa. Embistió con genio en el caballo, y fue noble algo distraído en la muleta. Candelas dejó lo mejor al natural, con cadencia y trazo de buen gusto, aunque siempre despegado, evidenciando carencias técnicas que le impidieron alzar la faena. La estocada corta puso fin a la novillada.
LA RESEÑA
Plaza de Toros “La Sagra”, Villaseca de la Sagra, Toledo. 6ª de abono. Domingo 7 de septiembre de 2025. ¾ de plaza.
Novillos de Ana Romero 🟡🔵: bien presentados y muy astifinos. Variado el juego en su conjunto.
El Mella (celeste y oro), silencio en ambos.
Cristiano Torres (naranja y oro), ovación tras aviso y ovación.
Ignacio Candelas (grana y azabache), silencio en ambos.
Notas: Se interpretó el Himno Nacional tras finalizar el paseíllo.
Escrito por Álvaro Cabello