¡AARÓN PALACIO QUIERE SER TORERO!

Hoy en la Plaza de Toros de Las Ventas tenía lugar la primera novillada del ciclo isidril. Una tarde de expectación por la terna anunciada, que, pese a la grisura del encierro de Alcurrucén, dejó destellos alentadores para el futuro del toreo. En una novillada deslucida, carente de fuerza, casta y transmisión, lo más valioso fue la confirmación de que el relevo generacional está en camino. Aarón Palacio fue el nombre propio del festejo: mostró entrega, ambición y, sobre todo, un toreo de calidad. Sergio Sánchez, en cambio, dejó una actuación marcada por más sombras que luces, sin lograr cuajar faena alguna de verdadero relieve. Javier Zulueta, con ese concepto clásico y artístico tan propio de Sevilla, ofreció algunos pasajes de buen gusto, aunque se topó con un lote sin opciones. Del envío de Alcurrucén apenas se salva el quinto, noble, con ritmo y un notable pitón izquierdo, único ejemplar que permitió atisbar algo de lucimiento.

El festejo se abrió con un novillo deslucido, sin clase ni fondo, que no permitió lucimiento en el recibo capotero. En varas, se desentendió del caballo, evidenciando ya su falta de raza. Aarón Palacio aprovechó para firmar un quite ajustado por chicuelinas, rematadas con una media garbosa. Respondió Rodríguez por saltilleras. Con la muleta, Rodríguez planteó una faena sin estructura ni cohesión. Comenzó por estatuarios algo desordenados. Lo más destacado fueron algunos muletazos al natural con cierta templanza. El resto, plano. Cerró con bernadinas antes de dejar una estocada delantera y caída, tras la cual necesitó el descabello.

Devuelto el segundo por su invalidez, saltó un sobrero de la ganadería titular, bien presentado, pero con las mismas carencias que sus hermanos. Palacio lo recibió con verónicas de buen trazo y una media estimable. El novillo embestía con las manos por delante y se desentendió en varas. Zulueta firmó un quite por delantales de temple. La faena de muleta de Palacio tuvo compostura y detalles de buen gusto. Conectó especialmente sobre la diestra, dejando muletazos con clase y remates con clase. Los pases de pecho tuvieron profundidad. Sin embargo, el animal se apagó pronto, buscó tablas y la obra no terminó de despegar. Cerró con ayudados por alto. Pinchazo y estocada caída.

Devuelto también el tercero, salió un sobrero de Montealto, basto de hechuras y justo de fuerzas. Zulueta lo saludó con verónicas de gusto, rematadas con una buena media. El novillo, tras dar una vuelta de campana, se empleó en el primer puyazo, pero mostró flaqueza en el segundo. Sergio Rodríguez realizó un quite por chicuelinas y revolera. La faena de muleta tuvo como punto álgido una serie al natural de buen trazo. Zulueta administró con inteligencia una embestida medida, sin exigir más de lo que el novillo podía dar. Faena breve pero cuidada. Mató de media estocada trasera y atravesada.

El cuarto salió con algo más de alegría y humilló en el capote de Rodríguez. Empujó en el primer puyazo, aunque perdió las manos al salir. Aarón Palacio se lució en un breve quite por cordobinas. Sánchez, volvió a mostrar una versión gris, sin continuidad ni emoción en su faena. Algún natural suelto tuvo limpieza, pero no hubo ligazón ni profundidad. El novillo, muy justo también, no permitió más. Dos pinchazos y un golpe de verduguillo bastaron para acabar con él.

El momento álgido de la tarde llegó con el quinto, el más destacado del encierro. Aarón Palacio se fue a la puerta de chiqueros para recibirlo con una larga cambiada de rodillas, ejecutada con limpieza y decisión. El tercio de varas fue puramente testimonial. Zulueta replicó con un quite por chicuelinas. Palacio cuajó una faena intensa y sentida. Comenzó de rodillas con ayudados por alto de mucho sabor. Luego toreó extraordinariamente al natural, con gran clase, aprovechando la buena embestida del astado por el pitón izquierdo. Remates toreros, expresión, colocación y temple marcaron una labor de buen toreo. Mató de una buena estocada. Marró en el primer intento con el descabello, para matar al segundo. Oreja de peso.

El sexto fue un novillo descastado, sin celo en el capote y con genio en el caballo, donde apenas se empleó. En la muleta no ofreció recorrido ni fondo. Zulueta lo intentó, pero su labor se vio deslucida y toreando con desajuste. Solo algunos naturales aislados merecen mención. Dejó una buena estocada.

LA RESEÑA

Plaza de Toros de Las Ventas, Madrid. 4ª de abono. Más de ¾ de plaza.

Novillos de Alcurrucén 🔵⚫: inválidos, muy flojos. El quinto el mejor del encierro, noble, con ritmo y un buen pitón izquierdo; y Montealto 🔴🟢 (3ºbis): muy falto de fuerzas.

Sergio Sánchez (malva y oro), silencio tras aviso y silencio.

Aarón Palacio (canela y oro), palmas tras aviso y oreja tras aviso.

Javier Zulueta (hoja seca y azabache), silencio y silencio.